Después de habernos expuesto al sol durante el verano nos topamos con el problema de las manchas en la piel. ¿Qué son las manchas, por qué se producen y cómo combatirlas con los últimos avances? La doctora Carmen Carranza Romero, dermatóloga del Hospital Fundación Jiménez Díaz y miembro de la Academia Española de Dermatología (AEDV) nos lo aclara.
Tres tipos de manchas
1. El lentigo senil o actínico es una respuesta de la piel a la radiación ultravioleta. Afecta a zonas fotoexpuestas como son cara, cuello, escote y brazos. Son lesiones que aparecen en personas de raza blanca, por lo general a partir de los 60 años, y está relacionado con una historia de larga exposición solar y quemaduras intermitentes. Una vez aparecen las manchas, éstas van a persistir aunque cese la exposición solar.
2. El melasma aparece como manchas irregulares en cara (a destacar frente, pómulos y labios superior), cuello y antebrazos. Estas manchas tienen una tonalidad marronácea en mayor o menor intensidad y pueden dar lugar a un efecto antiestético muy llamativo.
El melasma es un trastorno muy frecuente y tiene un marcado predominio enmujeres a partir de los 20 años; está relacionado con el embarazo o la toma de anticonceptivos si bien su causa a día de hoy no está clara. Estas manchas pueden durar años y su pigmentación se incrementa durante los meses de verano por la mayor exposición solar. Son lesiones benignas y su tratamiento se hace por razones estéticas.
3. El melanoma aparece como una mancha de distintos tonos que varían del marrón claro al negro. Pueden surgir de un lunar previo o aparecer de modo súbito. Tiene los bordes irregulares, mal definidos y una cierta asimetría. Ante cualquier cambio de color, tamaño o simetría de un lunar es necesario consultar al dermatólogo ya que son la forma más grave de cáncer de piel y su tratamiento a tiempo es fundamental.
¿Qué hay de nuevo?
Existen multitud de tratamientos para acabar con las manchas; sin embargo, la prevención es el más efectivo de todos. El uso diario de fotoprotectores, gorro y gafas de sol y evitar las horas de mayor exposición solar (entre las 12 y 16 horas) son las medidas más importantes.
Una vez que la mancha está en la piel va a ser fundamental:
- El uso de fotoprotectores. Los fotoprotectores son productos que aplicados sobre la piel previenen los efectos nocivos del sol, de la quemadura solar y del fotoenvejecimiento; además reducen el riesgo de cáncer cutáneo y disminuyen la aparición de alergias solares.
Las guías recomiendan la utilización de un factor de protección mayor a 30 durante los meses de verano, en cantidad suficiente para cubrir la superficie cutánea y que además sea renovado cada 2 o 3 horas.
Hoy día existen distintas formas galénicas como pueden ser la crema para pieles secas, el gel o gel-cream para pieles grasas, el spray para amplias zonas u cuero cabelludo, el stick en el contorno de ojos y cicatrices, la emulsión oil-free para pieles grasas o acneicas o pacientes en tratamiento con isotretinoinas.
Recientemente han salido al mercado fotoprotectores con una cobertura más amplia frente a todas las radiaciones UVB, UVA, infrarrojo-A y radiación visible; además neutralizan los radicales libres gracias a sustancias antioxidantes y sustancias como vitaminas A, C o E.
Como falso mito resaltar que un FPS alto no conlleva que se pueda prolongar indefinidamente el tiempo de exposición solar.
- Uso de fórmulas despigmentantes, como pueden ser:
• Los peelings químicos son tratamientos dermo-cosméticos en los que se busca eliminar total o parcialmente las capas más externas de la piel para provocar su regeneración con el propósito de eliminar las lesiones superficiales como cicatrices, manchas, suavizar arrugas…
• Productos queratolíticos como alfa-hidroxiacidos (ácido glicólico, ácido salicílico…) o retinoides a diario por la noche son una alternativa segura y eficaz.
- Láser. Uso de láseres que rompen el pigmento sin dañar la piel sana. El tipo de láser va a depender del tipo de mancha a tratar.
- Es clave llevar una vida sana y una dieta equilibrada que incluya la ingesta de verduras y frutas.
¿Volverán?
Las manchas de tipo lentigo suelen tener un tratamiento definitivo. El tratamiento es sencillo y con una única sesión pueden resolverse en la mayoría de las ocasiones. Se pueden emplear diversos tratamientos ablativos superficiales como la criocirugía en spray, el peeling y el láser.
El tratamiento del melasma es más complejo y el paciente, una vez presentado una aclaración del mismo, puede volver a presentar lesiones. Dicho tratamiento tiene que ser continuado a lo largo del año. Los pacientes pueden llegar a presentar un blanqueamiento de las lesiones pero es necesario tener presente que pueden volver a pigmentarse con la exposición solar.
Su diagnóstico es muy sencillo pero el tratamiento puede resultar complejo y a menudo requiere tratamientos combinados. Es imprescindible el uso de fotoprotectores durante todo el año y de fórmulas despigmentantes 2 – 3 veces en semana aplicadas por la noche. El gold standard es el uso de productos que contienen hidroquinona con concentraciones que varían desde 2% al 6% combinadas con diversos agentes queratolíticos. Además una herramienta muy eficaz a día de hoy es el tratamiento con láser fraccionado (“fraxel”).
Es necesario que este tipo de tratamientos sean realizados por especialistas bien entrenados, cualificados y de confianza ya que no vale cualquier tipo de láser o peeling en este tipo de patologías.
Finalmente, aclarar que no existen estudios clínicos ni evidencia científica que prueben la eficacia de remedios caseros del tipo agua de arroz o zumo de limón para la eliminación de las manchas. Por ello, y desde un punto de vista médico, no estarían indicados.